Ayuda a domicilio: cómo asimilar que ahora somos cuidadores
Ayuda domiciliaria

Ayuda a domicilio: cómo asimilar que ahora somos cuidadores

07-02-2018Itsaso

¿Cómo superar los primeros momentos de la enfermedad y/o dependencia? ¿Cómo asimilar que nos hemos convertido en cuidadores y que deberemos prestar ayuda a domicilio de ahora en adelante?

Cuando a un familiar le diagnostican una enfermedad degenerativa o sufre un accidente de forma repentina, y vemos que su situación no va a ser momentánea sino que va a durar para toda la vida, se nos cae el mundo encima. Esos primeros momentos de asimilación son muy duros para los familiares del enfermo. Por ello, los cuidadores profesionales conocemos las consecuencias, también psicológicas, que pueden recaer sobre los familiares y, por ello, el apoyo moral es uno de los puntos clave a tener en cuenta en el mundo de la ayuda a domicilio para personas dependientes.

Cuando debemos asimilar un cambio de papeles: padres e hijos

Uno de los casos más frecuentes es que se produzca un intercambio de papales en la familia. Normalmente, los hijos son ya mayores cuando su padre o su madre sufre un accidente cardiovascular (un ictus, por ejemplo) o una enfermedad degenerativa (Alzheimer, Parkinson…). Aunque los hijos sean independientes, cuando ven que van a tener que cuidar de su madre, se produce un choque difícil de superar, un intercambio de papeles que tanto padres como hijos tardan tiempo en asimilar. Poco a poco, el tiempo facilitará las cosas.

Asimilar los cambios en nuestra vida diaria: el trabajo, la familia, los amigos

Por otra parte, otro de los trances por los que los cuidadores tienen que pasar reside en el cambio en la forma y el ritmo de vida. Al tener la obligación de cuidar de una persona de forma continuada, muchos cuidadores se ven en la necesidad de pedir una reducción de jornada en sus trabajos, y de asumir todas las consecuencias que ello puede acarrear. Además, si tenemos familiares a nuestro cargo, como hijos o sobrinos, tendremos que intentar compaginar nuestra vida diaria con el cuidado de nuestro padre. En cuanto a la vida social del familiar, ésta se ve gravemente afectada, ya que sería lo último a lo que recurrir cuando se tienen tantas obligaciones.

Aceptar el apoyo externo: contratar una ayuda a domicilio

Por todo ello, las depresiones, el estrés y la ansiedad son comunes en el caso de familiares que se convierten en cuidadores y que tienen que dejar de lado su anterior estilo de vida. La irritabilidad con el enfermo y otros familiares, el sentimiento de culpa por sentir que cuidar de un ser querido es una obligación no deseada y la preocupación por el estado y por el empeoro de la salud del paciente, se produce de forma continuada en casi todas las familias. No debemos torturarnos: es algo normal. ¿Cómo combatir todos estos problemas que se nos vienen encima cuando enferma alguno de nuestros seres queridos? ¿Sería buena idea recurrir a una ayuda a domicilio para no tener que dejar nuestra vida completamente de lado, para evitar este tipo de situaciones de las que hablamos y para no agotarnos física y psicológicamente?

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