mi madre no quiere ir al neurólogo
Ayuda domiciliaria

Asistencia a domicilio: mi madre no quiere ir al neurólogo

05-03-2014Diego

¿Qué podemos hacer si la persona que creemos enferma no quiere ir al neurólogo? Asistencia a domicilio en Bizkaia

Doctora, mi madre está perdiendo la cabeza. Sufre una manía, casi obsesiva, con la limpieza y nos manda continuamente lavarnos las manos. Nos vuelve locos con cosas, con que la asistenta le está robando las pastillas de jabón, o que el microondas es malo para el loro. ¿Qué podemos hacer si no quiere acudir al neurólogo? Asistencia a domicilio en Bizkaia.

Tiene que partir de la premisa de que se puede ayudar a quien no quiere ser ayudado.

En el mundo de la demencia senil es frecuente encontramos con esta circunstancia y es una situación muy compleja, tanto para el enfermo, como para la familia que quiere ayudar. Al igual que para los neurólogos también les resulta complicado atender a alguien que acude de mala gana o que no desea ser evaluado.

Cada día que dejemos pasar, los enfermos con enfermedades psiquiátricas van perdiendo capacidades cognitivas que no se pueden recuperar, por lo que es fundamental no dejar pasar el tiempo. En estos casos, es vital ralentizar el proceso iniciando un tratamiento que pueda corregir estos trastornos que tanto están dificultando la convivencia familiar.

No deje pasar el tiempo porque cada día que pasa su madre va perdiendo capacidades cognitivas que no se pueden recuperar

Lo primero que se debe hacer es realizar una valoración del proceso degenerativo (alzhéimer o de otro tipo) en los cuales es bastante frecuente los trastorno de conducta tipo obsesiones o incluso alucinaciones (oír o ver cosas que no son reales).

El médico titular de la enferma es quien nos puede proporcionar ayuda. Realizando una valoración como parte de una consulta por otro tema, puede indicar que “por precaución" puede ser interesante que se evalúe su memoria.

Algunos pacientes que van totalmente engañados se marchan de la consulta antes de ser evaluados.

Otra posibilidad es que su médico de cabecera convenza al enfermo de que acuda a la consulta de un psiquiatra o de un neurólogo para realizar un diagnóstico clínico.

En caso de encontrarnos con un panorama más complicado, existe en cada municipio un servicio municipal de urgencias sociales donde se puede comentar el caso. Después de asesorarnos es probable que manden una asistente social a realizar una valoración a domicilio.

Si la situación se tornase aún más traumática, se puede acudir al Juzgado de lo Civil, donde resida el enfermo y rellenar el formulario para ingreso involuntario. Esperemos que no se deba llegar al caso

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