Cuidado de ancianos: lo siento, tu cara no me suena
Ayuda domiciliaria

Cuidado de ancianos: lo siento, tu cara no me suena

02-09-2013Diego

La paciencia es esencial en el cuidado de ancianos

Como bien dice Cervantes en Los Trabajos de Persiles y Sigismunda, «los males que no tienen fuerza para acabar con la vida, no la han de tener para acabar con la paciencia». Es inútil tratar de explicar el agobio reinante en nuestro espíritu cuando tratamos de descargar nuestros temores en aquellas personas que más queremos. Pequeños brotes de crisis pasajeros que necesitamos ahuyentar. Los persas lo sabían, y utilizaban su "sangue sabur" cuya traducción seria "La piedra de la paciencia". En el cuidado de ancianos, desde luego, la paciencia es uno de los puntos fuertes.

Llevamos a la espalda una mochila con todos los sentimientos y solo vemos lo que está delante de nosotros.

Se trata de una piedra mágica que se cogía entre ambas manos. En algún lugar, estando solos, lejos de todos y con la roca entre las manos, comenzaban a contarle todas las vivencias, palabras, sufrimientos y pensamientos que nunca se atrevían a decirle a nadie. Cuenta la leyenda que la piedra absorbía todo el dolor, el llanto, la pena, la culpabilidad de su dueño y que algún día la piedra estallaría liberando a su portador de esa carga moral y de todo sufrimiento.

Cuando las personas envejecen es importante tanto para el anciano, como para la familia elegir un cuidador que pueda ofrecer atención profesional, pero sobretodo atención emocional. La aptitudes profesionales, factor relevante, se dan por hecho, pero transcendental resulta seleccionar profesionales con buenas cualidades emocionales, y dentro de ellas debe destacar, la paciencia.

Tus padres tal vez no tengan una salida apropiada para sus sentimientos y comiencen a cargas esas emociones sobre el cuidador.

Tienen que tener paciencia para adaptarse a los cambios que un anciano puede presentar. Las persona mayores, a veces, son difíciles de entender. Poseen necesidades incomprensibles para el común de los mortales, puesto que tanto aparecen, como desaparecen. Sus cambios de humor y otros problemas de personalidad deben ser perfectamente comprendidos por el cuidador y encajados en las labores de atención.

Tómese su tiempo para tomar decisiones difíciles. Al igual que la piedra mágica, escucha, absorbe como una esponja todas las palabras, todos los secretos durante siglos hasta que un buen día colmado por los sentimientos y los pensamientos; explota; Y ese día, uno queda liberado por haber tomado el camino correcto.

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